La temporada navideña llega este año a 30 Montaigne con una propuesta que confirma a Dior como una de las Maisons más visionarias a la hora de crear universos inmersivos. Su histórica sede parisina se transforma en un escenario donde la luz, la artesanía y la imaginación se entrelazan para celebrar la magia de la Navidad desde una perspectiva contemporánea.



Las vitrinas del número 30 de la avenida Montaigne continúan esta narrativa onírica. Diseñadas al estilo de las tradicionales luminarias italianas, despliegan escenas que rinden tributo al imaginario de la Maison y a sus lugares icónicos: la silla Medallón, un quiosco de perfumes, el puente Alexandre III y la ciudad de Granville, recreados con un enfoque artesanal y un alto nivel de detalle. Gracias a la realidad aumentada, estos elementos cobran vida, invitando al público a sumergirse en un relato donde tradición y tecnología conviven con naturalidad.

En el interior, un imponente árbol de Navidad decorado con miniaturas de piezas legendarias —como la Bar Jacket o el vestido Junon— da la bienvenida a un recorrido que celebra la estética atemporal de la Maison. Entre luces doradas y texturas suaves, la colección Crucero 2026 se despliega como un homenaje a la visión creativa de Dior.


El recorrido concluye en el jardín, transformado en un paisaje encantado iluminado por un Pegaso y esferas nevadas. Una experiencia que confirma, una vez más, la capacidad de Dior para convertir sus espacios en escenarios de ensueño donde la magia y la artesanía dialogan con la modernidad.
Por Mia Garcia Solis
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