Ubicadas en el histórico Palác Akropolis, en el distrito de Žižkov en Praga, las nuevas oficinas representan una renovación de 470 m² que transforma un nivel previamente oscuro y fragmentado en un entorno de trabajo contemporáneo, luminoso y fluido. Aunque el edificio fue intervenido en los años noventa por el artista František Skála, cuya impronta cultural sigue siendo parte esencial del lugar, el proyecto no busca replicar su lenguaje, sino reinterpretarlo desde la sobriedad, la claridad y la funcionalidad necesarias para las dinámicas actuales.


La renovación de oficinas en Palác Akropolis se articula alrededor de un amplio hub central que opera como corazón social y eje de circulación. La entrada de luz natural desde ambas fachadas otorga profundidad visual y genera continuidad espacial a lo largo del vestíbulo y las áreas de recepción.



El proyecto introduce una paleta serena y táctil. Los antiguos pasillos oscuros se transforman mediante pasajes suavemente curvados revestidos con cerámica roja, uno de los gestos más distintivos del diseño. Este mismo material aparece en tonos más claros en los baños, creando cohesión sin perder calidez. A estos elementos se suman pisos, mobiliario y marcos de ventanas en roble natural, que equilibran la composición con una sensación acogedora y atemporal. Las mesas a medida en nogal agregan una nota de contraste táctil y elevan la calidad del espacio compartido.



La organización combina áreas abiertas para la colaboración con salas cerradas pensadas para la concentración. Las particiones de cristal garantizan confort acústico sin sacrificar la continuidad visual, contribuyendo a un ambiente equilibrado, luminoso y silencioso.

Así, las nuevas oficinas reinterpretan el espíritu cultural del edificio desde una mirada contemporánea. Más que un gesto literal, la historia se convierte en una capa sutil que acompaña el uso cotidiano, dando forma a un lugar de trabajo sereno, funcional y perdurable.
