En CAAM Arquitectos, la arquitectura parte de una premisa fundamental: escuchar antes de intervenir. Esa filosofía se materializa en Villas del Vigía, un proyecto residencial ubicado en una ladera con vista privilegiada hacia la Bahía de Zihuatanejo. Más que imponerse al terreno, el diseño busca revelar la relación entre topografía, clima y horizonte, logrando una propuesta que acompaña al paisaje en lugar de dominarlo.

El proyecto se desarrolla sobre una base estructural que responde de manera directa a la irregularidad del sitio. La orientación suroeste y la presencia del emblemático Cerro del Vigía definen el trazo, mientras que las curvas en ambas plantas de cada torre aportan fluidez y suavidad, reduciendo el impacto visual y generando una integración más natural con el entorno. Esta decisión también favorece la continuidad espacial y la sensación de ligereza, cualidades que medios internacionales han destacado por su capacidad para dialogar con la geografía sin perder fuerza arquitectónica.

Villas del Vigía nació de dos rectángulos iniciales que fueron transformándose mediante secciones estratégicas, rupturas y cambios volumétricos que permiten abrir perspectivas y maximizar las vistas. Cada desplazamiento en la volumetría responde tanto a la funcionalidad como a la necesidad de enmarcar el paisaje, priorizando la conexión visual con el mar como un elemento vivo del proyecto.

La propuesta ha sido celebrada por medios como Divisare, Amazing Architecture y Reforma, quienes han resaltado la capacidad del proyecto para lograr una circulación orgánica, una presencia discreta y una relación profunda con su contexto natural.

Villas del Vigía es, finalmente, un ejemplo de cómo la arquitectura puede acompañar la identidad de un lugar sin alterar su esencia: una conversación constante entre estructura, naturaleza y memoria.

Por Mia Garcia

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