BENJAMIN ROMANO

En 2018 Benjamín Romano fue galardonado con el International Highrise Award (IHA) por la Torre Reforma compitiendo con arquitectos de la talla de Norman Foster, Renzo Piano, Zaha Hadid y Rem Koolhas, entre otras personalidades. El IHA es considerado el premio de arquitectura de rascacielos más importante del mundo, dirigido a arquitectos y desarrolladores cuyos edificios tienen más de 100 metros de altura y fueron terminados en los dos últimos años. Es un reconocimiento bianual que califica el diseño orientado al futuro, la funcionalidad, la tecnología de construcción innovadora, la integración al desarrollo urbano y la rentabilidad.

Benjamin Romano

Cuenta Benjamín que el día que dio su discurso, al recibir el premio se emocionó muchísimo de pensar en el trayecto recorrido, en la historia de sus papás y en el enorme esfuerzo que hicieron para educar a sus siete hijos. “Mi mamá, hija de madre polaca y padre libanés, heredó la cultura europea de su madre y nos la transmitió a nosotros. Para ella era inconcebible que sus hijos no fueran lectores, no supieran tocar el piano y no tuvieran una carrera universitaria. Por su lado, mi papá, hijo de padre sirio y madre libanesa, lo que nos transmitió fue la honestidad, el trabajo y la lucha por la superación. Una afortunada combinación que nunca dejaré de agradecer”.

Benjamin Romano

El arquitecto Romano tiene una impresionante trayectoria tanto en obras como en reconocimientos, pero con gran sencillez dice que un premio no es nunca de una sola persona sino de todo el grupo que intervino en la obra y desde luego, además de todo el equipo que trabaja con él en el despacho LBR&A, para lograr la estructura arquitectónica, el arquitecto hace equipo con el ingeniero civil y el ingeniero de mecánica de suelos.

Benjamin Romano

Su obra favorita es la Torre Tres Picos, construida en un terreno de 167 m2 donde por primera vez se usaron placas de acero en la fachada para darle la esbeltez que tiene. Este edificio cuenta con un estacionamiento robótico con capacidad para 48 coches y tiene 1,600 m2 de oficinas. Es una joya por su valor artístico y constructivo.

Benjamin Romano

Considera que, en su caso, más que trabajo la arquitectura es una gran pasión al grado que quisiera morir como Teodoro González de León, casi casi con el lápiz en la mano…                   

Es un creador de espacios basados en 4 ejes principales: la sustentabilidad, las soluciones estructurales, la tecnología y la integración artística y para él, el verdadero lujo es el espacio y, por lo tanto, es uno de los aspectos fundamentales en su arquitectura.

Benjamin Romano

A propósito de la espacialidad, me platica que cuando empezó a buscar el financiamiento para la Torre Reforma y planteaba que se trataba de un edificio de 246 metros de altura sin columnas, los inversionistas se echaban para atrás pensando en que cómo iban a invertir en un edificio que eventualmente se iba a caer…

Benjamin Romano

Lo que quizás no sabían es que Romano tiene una formación de ingeniería muy importante, ya que trabajó con Heberto Castillo durante 24 años y le aprendió tanto que en el gremio lo conocen como “el más ingeniero de los arquitectos”.

Cuando Benjamín tenía 14 años, su padre le encargó a Heberto Castillo que le construyera un edificio en San Antonio Abad. Cada semana llevaba a sus hijos a visitar la obra y para Benjamín era todo un acontecimiento pues ya desde entonces le llamaba la atención el tema de la arquitectura. Al acabar la preparatoria le dijo a su papá que quería estudiar arquitectura, pero su padre esperaba que sus hijos un día tomaran el relevo en la fábrica que él y su mujer habían fundado.

Benjamin Romano

Después de algunos ‘estira y afloja’, su padre cedió a cambio de que trabajara seis meses con Heberto Castillo quien le enseñó gran parte de lo que hoy sabe de ingeniería y que le ha permitido concebir la estructura arquitectónica de las grandes obras que ha realizado y las originales soluciones que ha propuesto como fue el desplazamiento de la casa catalogada que está en el predio donde levantó la Torre Reforma.

Benjamin Romano

“Mientras estudiaba la carrera, con pésimos resultados académicos por cierto, pues estábamos construyendo una fábrica en Tizayuca, Heberto, que se ocupaba de la ingeniería, me asignó a su compañero de celda Salvador Ruiz Villegas, ‘el Azteca’, para que se encargara de mí porque no sabía yo nada. En fin, esa fue mi primera obra y mientras tanto, el arquitecto Nava, director de la facultad de arquitectura en la Universidad Iberoamericana, se daba de topes y me decía que yo era un cáncer para la carrera porque estaba bajando el rendimiento y que debía dejarla pero gracias a mi tenacidad la terminé. Tuve grandes maestros en la universidad, pero al que me ha unido una gran amistad a partir de entonces es a Pancho Serrano”.

En sus obras, el arquitecto Romano utiliza puros materiales naturales y en el 99% son materiales pétreos porque en una ciudad sísmica permite reponerlos cuando se rompen y siguiendo el ejemplo de otro de sus grandes maestros, Humberto Ricalde, procura no usar más de cinco materiales en un edificio.

Benjamin Romano

La Torre Reforma no es su única obra sobresaliente ni la única que ha sido premiada o que tiene algún sello particular. La Torre Chapultepec, ubicada en Paseo de la Reforma, fue premiada por el Intelligent Building Institute por ser un ícono de flexibilidad, eficiencia espacial, estructural y tecnológica. Tiene un mural de Chávez Morado porque incluir el arte en su obra es otra cosa que le gusta. La Torre Bosques, ubicada en Huixquilucan, fue concebida como una gran estela cinética cuya decoración exterior está inspirada en la obra de Yaacob Agam.

Benjamin Romano

La casa CH73, uno de sus proyectos favoritos, refleja su visión de propuesta arquitectónica y hace honor a la audacia y el talento que lo caracterizan. Está volada 20 metros sobre una barranca y ganó un premio en Múnich.

“Recientemente me invitó José Luis Cortés, coordinador del concurso, para hacer el aeropuerto de Vallarta en el que participaron importantes arquitectos, casi todos con experiencia en el tema y lo ganamos nosotros porque les gustó mi idea de hacer las columnas en forma de matatenas de acero de 11 x 11 x 11 metros dejando grandes claros como tienen los aeropuertos modernos”.

Benjamin Romano

Benjamín Romano es un apasionado de los retos. “Para mí la arquitectura no es inspiración, sino que es hacer una buena lectura del contexto, del programa, de los flujos de las cosas dentro del edificio. Es técnica. Siempre seguimos buscando alternativas arquitectónicas. Norman Foster la define como la síntesis de los elementos que la conforman y yo a eso le digo estructura arquitectónica”.

Benjamin Romano

Su arquitectura es vernácula, incluye sus raíces y su historia por eso se siente orgulloso de su ‘mexicanidad’ y al ser cuestionado sobre la actual arquitectura mexicana dice que es buenísima en todos los aspectos, pero tiene una preocupación que ha discutido en la academia y es que le parece una tristeza que la arquitectura hoy es copiada de revistas; “en todos lados: Tokio, Houston, Perú o Cuernavaca, donde sea, es la misma temática arquitectónica. Nos estamos internacionalizando y se está perdiendo el arraigo cultural. Todos los edificios son cajas de cristal y por eso mi torre, un tubo con muros tectónicos que son 100% mexicanos, tuvo tanto éxito, porque no es una torre más de cristal. ‘Cuando digo arquitectura mexicana no es que tengamos que vivir en una pirámide, pero esa arquitectura tenía una fuerza impresionante.

Benjamin Romano

En México heredamos de los aztecas y de los españoles que a su vez traían un bagaje árabe importante y hemos tenido arquitectos fuera de serie que han asimilado esta tradición artística y cultural: Luis Barragán, Augusto Álvarez , Juan Sordo, Agustín Hernández , Ricardo Legorreta, Teodoro González de León y muchos otros que han dejado su huella en nuestro país y en el extranjero’.

Actualmente tenemos magníficos representantes de la arquitectura mexicana que con gran talento han tomado la estafeta y desde luego, Benjamín Romano es uno de los que destaca.

Por Corina Armella de Fernández Castelló

Retrato de Héctor Velasco Facio

Fotos cortesía de LBR Arquitectos