Bruma, un sueño hecho realidad

Ubicado en Ensenada, Baja California, dentro del Valle de Guadalupe, tierra del mejor vino mexicano, y reconocido internacionalmente como un destino obligado para quienes gustan de la gastronomía, el diseño y el buen vivir, Bruma es un lugar que destaca por una propuesta arquitectónica excepcional, la excelencia en todos sus detalles y un servicio personalizado de primer nivel.

El proyecto arquitectónico de Bruma es redondo y bien logrado, ya que se mimetiza a la perfección con el paisaje e integra los elementos de la naturaleza, el suelo, la flora y la fauna típicas de la región, en un todo armónico y equilibrado. Bruma ofrece varias experiencias: Casa 8, por ejemplo, está conformada por ocho suites.

Cada habitación es única y ensambla el diseño tradicional con el contemporaneo, siempre resaltando la cultura mexicana de una manera sofisticada. Destaca el uso de materiales reciclados y la integración con su entorno. De hecho, promueve el crecimiento integral y apoya a las comunidades y la producción local. Las suites están unidas por una casa principal, al centro, que cuenta con una sala recreativa, una cocina y un deck, que permite un buen descanso en sus confortables tumbonas o en la impactante alberca infinita con vista a los viñedos para tomar las mejores fotografías. El espacio está enmarcado por hermosos árboles de cientos de años que reconfortan con su sombra, o ramas secas gigantescas de formas inesperadas, que son retomadas como obras de arte. La expresión máxima de la relajación y el paisaje.

Bruma Vinícola es el sello que caracteriza la imagen que se queda en la mente para siempre y que ha posicionado al espacio como el más espectacular del Valle de Guadalupe. Se trata de un espejo de agua con raices emergiendo como si fueran brazos queriendo alcanzar el cielo. Por el día, este espejo de agua refleja el azul infinito y las nubes que cubren el valle, mientras que por la noche este espacio se ilumina en rojo y da como resultado una fotografía realmente fantástica. Sin embargo, las famosas ramas sobre el espejo de agua son sólo la punta del iceberg: el secreto es que éstas se sostienen sobre un encino de 300 años de antigüedad que está por debajo del suelo. Alrededor de este árbol se construyó una cava subterránea donde se conservan las barricas, además funge como sala de degustación. Este espacio, que hoy es el emblema del grupo, no solo está pensado desde del lado arquitectónico conceptual y visual, sino que está hecho para regular la temperatura sin insumo alguno.

Tanto Casa 8 como Bruma Vinícola estuvieron a cargo del gran arquitecto Alejandro D’Acosta, ambos totalmente integrados al entorno con materiales de la región y con una visión de arquitectura contextual, donde hay sonidos y silencios.

La otra experiencia de hospedaje son Las Villas, donde los huéspedes se sienten “como en casa” y cuentan con máxima privacidad y expresión de lujo. Texturas de madera, piedra, piel y suaves textiles de colores conviven en un espacio de arquitectura inteligente que ofrece un lago biodinámico, terraza privada con alberca, chimenea y tina esculpidas en una sola pieza, vista panoramica a los viñedos, cava de vinos personal y atencion 24/7. ADI Estudio realizó la curaduria con diseño mexicano, y la arquitectura fue realizada por el despacho Legorreta Sepúlveda.

Cuenta también con una oferta gastronómica de primer nivel. Fauna que es el restaurante insignia que sigue la misma línea arquitectónica de la vinícola, utiliza madera reciclada y se suma de manera natural al entorno. A través de la visión del chef David Castro Hussong y la repostería de Maribel Aldaco, ofrece un menú experimental en constante modificación con ingredientes frescos de la región y un sello creativo y original, que se ha convertido en referente de la cocina mexicana contemporánea.

Para culminar con broche de oro, el vino, la “razón de ser”, está a cargo de la enóloga Lourdes Martínez Ojeda, winemaker que refleja su conocimiento, elegancia, tenacidad y la combinación de técnicas y buen gusto en los vinos que se producen.

Pero es importante decir que el verdadero lujo de Bruma sucede cuando ves un atardecer escaprase entre los viñedos; o cuando, a mitad de la noche, miras al cielo y ves más estrellas de las que jamás has podido contar en tu vida, con un buen vino en la mano. Hoy eso es el lujo: un sueño hecho realidad.

Por Christian Gress Moreno

Fotografía de Andayvé / Oscar Hernández + Armando Juárez