DE MUJER A MUJER

Su taller es un oasis que de pronto se llena de caos entre lienzos, colores, trazos, bocetos y mujeres creando sueños. Es el lugar donde Vero Díaz da rienda suelta a la imaginación y desata su pasión por el arte y el diseño, dando vida a nuevas colecciones. 

Le gusta sentirse en casa, respirar el aire limpio de su Mérida natal, y rodeada de plantas y flores, muchas flores, diseñar tomando en cuenta hasta el más mínimo detalle. Su showroom también la representa, tiene esa magia especial y confortable que invita a la calma y, es curioso, pero al igual que su ropa, hace sentir bien a la mujer. 

“Tengo la fortuna de tener un espacio de trabajo muy bonito, muy a gusto, con muchas áreas verdes y cristales a través de los que podemos estar en contacto con la naturaleza y el equipo no se siente encerrado o estresado. Pienso que esa es la fuente de la creatividad. Es un lugar que da paz y que además huele delicioso porque es muy importante para mí que haya un sistema de aromaterapia que genere emociones. Si entras a mi showroom o abres un paquete que te llega con alguna compra, va a oler a Vero Díaz y de verdad es un aroma delicioso y es parte de mi marketing”. 

Para esta diseñadora yucateca es vital hacer de su equipo una familia que se pone la camiseta cada día y se compromete a trabajar en excelencia y subiendo siempre el nivel de calidad, terminados, telas y materiales. Solo así ha podido elevar su nombre a las grandes ligas y proyectar su esencia y sentido del estilo, el cual resulta bastante contemporáneo y juega entre lo sofisticado y un aire aesthetic único. Y ni hablar de esa facilidad que tiene para honrar sus raíces por medio de elementos extraídos de las artesanías locales en ciertas prendas que se convierten en piezas de lujo absoluto.

Pero qué significa llevar sobre los hombros una firma que lleva su nombre y apellido:

“Es pesado porque si haces algo mal va a recaer sobre ti al cien por ciento. Es una responsabilidad muy grande. Pero al final tengo la fortuna de que esta profesión se ha vuelto una pasión y un trabajo que hago por amor a la moda y que por o mismo cuido mucho cada paso que doy. Yo llego al taller y se me van las horas del día sin sentirlas. Me comprometo al cien y busco gente que siente el mismo amor por lo que hace. De ahí también el ambiente que se respira en mi taller y en el showroom”.

Su trayectoria en la industria la avala, pero más que nada, su pasión por la moda; y es que desde niña dibujaba atuendos personalizados para sus compañeras de la escuela  e incluso dejó su casa materna para perseguir su sueño de estudiar diseño de modas pues en Mérida no existía esa carrera, así que emigró a Monterrey e hizo cursos en Parsons School of Design. A su regreso, concursó en plataformas como México Diseña, hasta que se le abrieron las puertas de Mercedes-Benz Fashion Week. Y todo el mundo para exponer su trabajo. Vino el Victoria & Albert Museum de Londres, Semanas de la moda en Nueva York, Montecarlo, Miami, Toronto, Inglaterra y Qatar en donde descubrió otros horizontes, otras plataformas, fue explorando la industria y su estilo comenzó a definirse.

“Esas experiencias me han dejado muchas cosas buenas y muchísimo aprendizaje, pero a nivel empresaria con toda honestidad no fue redituable. No me quejo porque soy de esas personas que ven una oportunidad y la toman sea como sea, pero financieramente hablando no fue negocio porque invertimos mucho a esos proyectos y en realidad me era imposible en esos momentos generar ventas porque la gente no tenia acceso a mi producto. Aunque al final todo suma pues te da publicidad y popularidad”.

Pero, sin duda, funcionó para crear un estilo y para dar el salto de creativa a empresaria. “Pues es que puedes ser una excelente diseñadora pero al final tienes que crecer como empresa. Hoy estoy enfocada en que mi negocio crezca, prospere y sea una empresa bien forjada con buenos cimientos, con orden y un buen equipo de trabajo que gane bien, que tenga beneficios y se sienta a gusto para que se quede conmigo siempre. Y aunque me costó mucho trabajo, hoy sé que mi estilo es cien por ciento para vestir a cualquier prototipo de mujer y para resaltar la belleza de su cuerpo. A mí nunca me vas a ver vestida con algo que no le va a favorecer a mi figura y es lo mismo que pienso cuando diseño para otros. Y me impacta porque en cada edición hago algo diferente pero siempre destaco los atributos de una mujer sin importar su tipo de cuerpo”.

Y quizás ese sea el secreto de su éxito y de que Vero hoy sea la mejor aliada de quien porta sus diseños pues su ropa hace sentir bien a la mujer, son prendas femeninas y fascinantes que reflejan su filosofía “como te vistes es como transmites” ya que hagas lo que hagas, lo que portas es una parte esencial de tu vida diaria y con ello demuestras qué sientes, tu actitud ante la vida, e incluso influye en la forma en cómo te ven y admiran los demás. Eso es algo vital en su trabajo como diseñadora pues su intención es empoderar y dar seguridad a quien viste su marca.

“Mis vestidos expresan todas mis emociones, es la manera como transmito a todos quien soy, mi esencia, de donde vengo, quien quiero ser. Y creo que al final de todo es ser esa mujer que busca trascender, dejar huella, que es atrevida pero al mismo tiempo muy femenina y elegante. Trato de ser una mujer que no le tiene miedo a nada, o que tal vez sí, pero al dar el primer paso ya nada me detiene”.

Y así, a pesar de los retos, esta mujer a quien nada detiene ha hecho evolucionar su marca con una gran diversidad de productos que incluyen colecciones ready to wear, de gala, esencias para el hogar, un perfume, y Vero Díaz Bridal, la línea de novias con vestidos, accesorios y zapatos que ha funcionado estupendamente bien.

“Las novias es un gran mercado que no está casi explotado en nuestro país y a mí se me hace tan fácil vestirlas y me da tanta felicidad que estoy fascinada. La verdad no sé si por ser mujer o por no vivir en una ciudad grande, pero me ha costado mucho trabajo tener una relación más estrecha con medios y editores, y tener acceso a patrocinadores, a proveedores, a eventos y otras plataformas importantes. Pero no me puedo quejar porque me ha ido muy bien y he tenido mucha suerte con empresarios que creen en mi talento y han invertido en mi marca sin pensarlo”.

Por Norma Rodríguez.
Fotos cortesía de Vero Díaz.