EL CHICO DISRUPTIVO DE LA MODA

‘Vengo de una familia en la que, menos mi mamá, todas las mujeres cosían, me llamaba la atención ver cómo se hacían sus vestidos y me gustaba acompañarlas a la modista. Para mí era como ‘mi momento’. Cuando tenía 9 años, una de mis tías me enseñó a coser y a los 15 ya tenía muy claro que eso era a lo que me quería dedicar.  Fui la primera generación de egresados que obtuvo la licenciatura en el Centro Integral de Moda y Estilo de Guadalajara’.

‘Desde que estaba estudiando ya tenía un pequeño taller que recuerdo con mucho cariño porque era mi espacio, ya estaba haciendo mi primera colección porque siempre he sido muy activo. La presenté en IDM, una plataforma que era como Fashion Week México’.

Inicialmente Alfredo pensó que iba a diseñar para mujeres de 20 o 25 años pero se dio cuenta de que es la clienta la que te escoge y a él lo eligieron mujeres mayores de 40. ‘Yo tenía 22 años y debo reconocer que me parecía intimidante al principio pero poco a poco fui disfrutando el contacto con ellas.  Trabajar con estas mujeres ya consolidadas y con gran madurez me hizo crecer porque sabían muy bien lo que querían y han sido las impulsoras para que hoy haya llegado a donde estoy pues a pesar de verme tan chico, me apoyaron y confiaron en mí. Tenían un encanto del que aprendí mucho’. 

Desde sus inicios Alfredo demostró un talento excepcional para la confección y el diseño y desarrolló su habilidad siempre obsesionado con la perfección y buscando aprender todos los aspectos del oficio.

‘No he dejado de exigirme porque siempre he deseado lograr que mis clientas se vean como la imagen que tienen en mente, pero crear un cuerpo con base en un diseño es complicado pues hay muchos factores que influyen en el paso del papel a la realidad. Buscar tanta perfección a ratos resulta abrumador pero nunca dejé de poner especial atención en la calidad. Para mí lo mejor es que puedan voltear la prenda al derecho y al revés y que por todos lados esté bien terminada, botones forrados, en fin, todo meticulosamente cuidado de manera que pasen 15 o 20 años y sea una prenda que pueda seguir estando en un guardarropa’.

‘Llevo una relación con mi pareja desde hace 18 años y cuando empecé con Carlos, que es empresario, me propuso crecer el negocio. Adaptamos un espacio en la parte de arriba de su oficina y nos asociamos. Desde entonces él se encarga del área administrativa y yo de la creativa. Después de dos años buscamos un lugar más adecuado y encontramos esta casa en la colonia Americana aquí en Guadalajara, instalamos la boutique en la planta baja y arriba pusimos el taller’. 

Su enfoque en la calidad, la innovación y el cuidado de cada detalle llamaron la atención de los críticos y los amantes de la moda pero el gran punto de inflexión llegó cuando Alfredo decidió lanzar su propia marca.

‘En el taller tenemos la parte de colección que hacemos para cada temporada y que replicamos para las tiendas y la otra que es toma de medidas que aquí en Guadalajara la llevo yo en su totalidad y es donde atiendo a las clientas que vienen por algo muy especial, una parte más personalizada. Hemos trabajado así 6 años y hemos visto que es una fórmula que funciona muy bien’. 

‘La inspiración me viene siempre de mujeres del cine, mujeres fatales fuertes y con hombros grandes. Esta nueva colección está inspirada en Isabella Rossellini y para otras colecciones han sido Angelina Jolie, Michelle Pfiefer, Jessica Lange, todas ellas mujeres que son un emblema de fuerza. Mi elección tiene que ver más con el estómago, con lo que estoy sintiendo por esa persona que me va a inspirar’.

‘Cuando era chico, a principios de los 90, la moda era con unos hombros perfectos, con moños, sedas, faldas de tubo abajo de la rodilla, stilettos, las medias que me enloquecen y por eso en cada temporada tengo la inspiración de ese tipo de mujer más pulida. No quiero sonar anticuado pero hoy ya no existe tanto esta mujer, van de jeans, playera de licra, zapato plano o tenis, como que todo es más práctico. Mientras que yo me aferro a la imagen de esa otra mujer más sofisticada que trae una camisa floja, quizás de hombre, con una falda tubo por ejemplo’.

‘Entre mis telas favoritas están los brocados porque tienen una muy buena manipulación. Siempre me fijo en los hombros, en los puños perfectos y creo que el brocado de seda te da la perfección en la silueta. Me gustan mucho la seda, los brillos, me refiero a las lentejuelas que aplico de una manera muy pensada. Trabajo también con acetatos, me gusta mezclar materiales, por ejemplo el charol con el brocado y un poco de algodón. He ido aprendiendo mucho porque antes me guiaba por el corazón para escoger lo que quería y a la hora de lavarlo era una locura, así que me fui a una tintorería muy famosa aquí en Guadalajara donde los dueños me platicaron todos los procesos y mucho de lo que hago ahora está muy pensado para que las prendas no se maltraten a la hora del lavado en seco’.

‘Actualmente hay tantas opciones para lograr ser alguien muy rápido que se ha perdido la cuestión del talento y no me refiero a ser una persona creativa sino en tener una visión completa de lo que es ser diseñador que implica trabajar día y noche, pensar en eso todo el tiempo, aprender, coser, saber planchar, hacer los patrones, saber de fotografía, de maquillaje, saber todo lo que implica realmente ser diseñador.  Se han ganado espacios para presentar los diseños en plataformas, hay mil posibilidades de que el mundo conozca tu trabajo pero siento que se ha olvidado la escuela para lograr ser un diseñador real que incluso pueda ser empresario y no solamente se quede haciendo vestidos en su localidad que es lo que yo no quiero que me pase. Veo amigos que tienen 22 años y tienen marcas que son exitosas porque las promueven en su Instagram pero en realidad su talento nunca se ve, su talento es hablar con las personas. Yo no entiendo muchas de estas cosas y prefiero seguir trabajando en mi camino como lo he hecho. En mi época me costó mucho trabajo entrar a ciertas plataformas y ser respetado en publicaciones de moda y ahora veo que hay una apertura muy grande a que si hay un nuevo talento hay que apoyarlo’.

El desfile debut de Alfredo Martínez atrajo una audiencia global, consolidando su reputación como un diseñador de élite. Sus creaciones, caracterizadas por cortes elegantes y tejidos exquisitos, comenzaron a vestir a celebridades y figuras influyentes. ‘Algo muy bonito que me pasó hace dos años es que empezaron a pedirnos prendas para celebrities muy importantes como Jessica de Alba, Angelina Jolie, Demi Moore, Cindy Crawford, hemos vestido a muchas personalidades de Hollywood y ha sido muy emocionante aparecer en publicaciones en Londres, en París, es algo que yo creía imposible que pasara. Ahora con la tecnología, entregarle a la gente tu talento y tu trabajo es más fácil’.

‘Carlos me aterriza también en el aspecto creativo. Siendo un empresario piensa de una manera más pragmática y me ha ayudado mucho a empatar esa parte de la creatividad con el negocio. Nos gustaría tener una marca con la cual podamos llegar a más lugares en Latinoamérica, y tener algunas tiendas en los aeropuertos. Se me haría increíble tener presencia en Los Ángeles, en Colombia, tener una forma más rápida de compra, sacar una línea de marroquinería, una línea de mascadas que me encantan y llevar eso fuera. Estamos estudiando la manera de, además de las prendas, crear una línea muy chiquita de accesorios muy bien pensados. Para cada colección hacemos todo, zapatos, cinturones, bolsos y para la última hicimos incluso las piezas de joyería. Lo más importante ahorita para nosotros es crear una marca que tenga una calidad increíble, que pueda ser motivo de orgullo para la mujer que la lleva dentro y fuera de México’. 

Algo que nadie sabe es que Alfredo lleva ya 3 o 4 temporadas siendo el fotógrafo de su propia marca. Ha hecho todas las campañas porque aprovechó la cuarentena para estudiar por internet: ’me compré todo el equipo y ahora he hecho editoriales para revistas internacionales y me gusta mucho porque es otra vertiente donde arrojo mi creatividad. En cada temporada hay algo que queremos decir con la colección. Generalmente buscamos modelos que midan 1.78, que tengan más o menos el mismo tipo de cuerpo y que haya diversidad en tonos de piel y cabello. Pero, en esta última -que fue en Guadalajara- elegimos a las modelos con las que he vivido toda mi vida, quería fueran mujeres que me han acompañado en este camino desde el principio. Fue algo muy interesante’.

Por Corina Armella.