EL LINO

Por siglos, el lino ha sido, junto con la lana, el tejido de mayor importancia en la cultura occidental. Hoy se sabe que es originario de las cuencas del Nilo, en Sudán y Egipto y del Éufrates y del Tigris en Mesopotamia y que hacia el año 9000 A.N.E., ya en el Neolítico, se comenzó a cultivar tanto para prendas de vestir como por su semilla, la linaza, que fue inclusive utilizada como moneda debido al enorme valor que esta planta representó para la sociedad.

En el descubrimiento de las tumbas de Tutankamen y de Ramsés se encontraron más de mil metros de tela de lino envolviendo el cuerpo de cada faraón junto con 27 pares de guantes y cortinas, intactas después de más de 3000 años. Su elaboración fue de tal calidad que aún éstas no han podido igualarse.

En la Grecia antigua además de la lana y el algodón, se empleó el lino proveniente de su nueva colonia, Egipto y se comenzó también a utilizar la seda traída de la lejana Catay que la produjo hace más de 5000 años y que acabó dando el nombre a las rutas comerciales más importantes del siglo XIII y XIV.

Los terrenos más convenientes para el cultivo del lino son los arcillo-silíceos que no retienen humedad y poseen una capa sencilla de tierra. Generalmente, hay dos tipos de producción:

  • Lino frío o grande que es tardío, de poco grano y forma unos tallos altos y delgados, de los cuales se extrae una hilaza fina y larga, que es la que sirve para la fabricación de esas batistas y esos encajes magníficos que han formado y constituyen la fama de toda Flandes.

Aquí destacan las producciones de Bélgica y Países Bajos, Gran Bretaña, Francia y los países Bálticos (en la región conocida como Livonia).  Es importante señalar que en Europa antes de conocer el algodón y hasta el siglo XVIII, el lino era la fibra textil más importante después de la lana.

  • Lino cálido: que tiene tallos de poca altura, muchas ramas y más cargados de cápsulas para la fabricación de harina y de aceite de linaza. El hilo que da es corto por lo que en ocasiones se confunde con la fibra de cáñamo, sin embargo, hay que recordar que ésta proviene del tronco del cannabis.

Los mejores productores de esta variedad son Egipto, India y Argentina y en México se produce principalmente en Sonora y Sinaloa. Mundialmente, los mayores productores de lino son Rusia, Kazajistán y Canadá.

El tallo del lino, al igual que el algodón, se compone principalmente de celulosa. Es capaz de absorber hasta un 20% de agua, sin que por ello llegue a adquirir un tacto húmedo. Es más resistente que el algodón, pero no es elástico, lo que hace que se rompa en lugares donde está doblado y que se arrugue con facilidad. No permite que crezcan bacterias y es un material indicado para hacer pinturas por su dureza y durabilidad. El linóleum también es un subproducto del lino.

El lino contribuyó a la primera gran revolución de los textiles hace más de 4 mil años que se dio con la aparición del telar. Con ello, la elaboración de telas dejó de ser manual y se convirtió en una industria en todas las culturas.

Pero el mundo tuvo que esperar casi 20 siglos más para presenciar la segunda gran revolución del hilado y del tejido. Fue en 1830 cuando Walter Hunt ideó la doble puntada en la que dos hilos se entrelazan. Sin quererlo, su invento iba a convertirse en la base de todas las máquinas de coser. Más tarde, en 1851, Isaac Singer incorporó a su máquina de coser una lanzadera rotativa que mejoró notablemente la producción y hacia 1889 el propio Singer construyó la primera máquina de coser eléctrica.

Este personaje fue también quien desarrolló las ventas a plazo, para poder vender sus máquinas lo que provocó un enorme desarrollo de la industria tanto a nivel doméstico como empresarial.

Finalmente, es de subrayar la importancia del lino en el mundo de la impresión, pues éste permitió la elaboración de papel más barato y en cantidades suficientes para la imprenta mecánica y la linaza se convirtió en esencial en la fabricación de las tintas.

En NAMUH, el lino de muy alta calidad es un material central en la elaboración de sus muebles de sala y en una gran variedad de cojines y cubiertas para sillas y sofás. Su enorme variedad puede apreciarse en sus salas de exhibición de San José del Cabo, Monterrey, Ciudad de México y San Miguel de Allende.

Cada pieza es una historia

Namuh

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