ESTABLECIENDO PUENTES

BOSQUES DE LAS LOMAS, EN CIUDAD DE MÉXICO, fue concebi- do como un barrio residencial dentro de un área boscosa. Cuando el equipo de LBR&A —fundado por el arquitecto mexicano Benjamín Romano— visitó el terreno, encontró una estructura de piedra volcá- nica preexistente, concebida como un muro de piedra de contención que niveló la parte superior del predio, dejando la mitad del sitio 30 metros por debajo de la vía, los vecinos y sus fronteras.

La presencia de la reserva federal al oriente, la preexistencia del muro de contención, el cumplimiento de la normativa, así como el programa mismo, ayudaron a tomar la decisión de ver la obra como un bloque diáfano en voladizo, rodeado de interesantes vistas actuales y futuras (cuando maduren las acciones ecológicas implementadas).

“Nuestra tradicional forma holística de trabajar nos llevó al enten- dimiento de una pieza arquitectónico-estructural en voladizo, con fachadas protegidas y ventiladas, acciones de conservación y genera- ción de energía (llegando al factor Net-Zero) y conciencia hídrica y ecológica hacia el medio ambiente. Esto se tradujo en un espacio inte- rior tranquilo y diáfano (requerimientos programáticos del proyecto), rodeado de luz, aire, con visuales abiertas y protegidas, con una gran calidad de vida interior”, explican desde el estudio.

El factor Net-Zero se logró mediante el uso combinado de las pilas de cimentación de energía soportadas por una bomba de calor alimentada por energía solar, una orientación adecuada, ventilación y protección hacia el medio ambiente, así como la correcta materiali- dad de la construcción. En cuanto a las acciones hídricas, se instaló un sistema de biodigestor que procesa las aguas residuales para el riego del área federal, así como la infiltración de las aguas pluviales al sub- suelo para mejorar las condiciones de la flora y fauna.

La casa —con una superficie total de 1,023 metros cuadrados— fue concebida como vivienda para una pareja de jubilados. Los propietarios llegaron a la edad de retirarse y decidieron construir una residencia funcional y tranquila que satisficiera sus necesidades para su vejez, con un programa que se compone de un hall de acceso; family room; comedor; cocina con alacena; antecomedor; lavandería; recámara principal con vestidor, baño y terraza; recámara de visitas con baño; baño de visitas; terraza noreste con desayunador; terraza suroeste con huerto y asador, todo en la misma planta.

En el sótano están los estacionamientos, el vestíbulo, el gimnasio, la alberca y la recámara de servicio. “La sensibilidad con que la arquitectura y la protección del medio ambiente han sido reconciliados entre sí, mientras crean un lujoso espacio habitable que ofrece una calidad de vida muy alta, es magnífico”, sostiene el jurado de los Iconic Awards del Consejo Alemán de Diseño, quienes han otorgado a esta obra el galardón 2022 Best of the Best dentro de la categoría de Arquitectura.

El diseño estructural de la casa se resuelve a partir de una armadura de acero que libra un volado de 20 metros sobre la barranca para aprovechar la totalidad del terreno. La armadura se apoya sobre tres muros de carga de concreto negro que componen el sótano, y la cimentación se resuelve mediante pilas geo- térmicas. El terreno cuenta con un desnivel de 30 metros: la mitad de este se encuentra a nivel de calle, y el resto es una barranca que colinda al noreste con una reserva federal. Se aplicaron estrategias pasivas de arquitectura bioclimática como fachadas protegidas y ventiladas que responden a su orientación, y ventilación cruzada, entre otras.

Arquitectura Taller LBR&A.

Por Cristián Gálvez Capstick.

Fotos Frank Lynen + Jaime Navarro