LOUIS VUITTON A TOPE CON EL ESTILO FRANCÉS

La elegancia es el centro de la colección Otoño-Invierno de Louis Vuitton creada en el imaginario desfachatado y de espíritu libre de Nicolás Ghesquière, quien plasmó su esencia más afrancesada en un desfile conceptual y abstracto que fue un verdadero viaje lujoso por la ciudad de París.

Fue una unión entre el pasado nostálgico de gloriosas mujeres y hombres bien vestidos, el presente de formas y siluetas divertidas, y un futuro totalmente figurativo.

El desfile recreó las calles parisinas con el ir y venir de modelos a paso acelerado, como con prisa, como con ansias de llegar a algún lugar a pasarla bien; así como hacen todos los franceses. 

El templete elevado con elementos urbanos de hoy y siempre, y con el enfoque creativo del artista visual Philippe Parreno quien fue invitado especial le agregó magia y un dejo efímero y sutil. 

Lo mismo que la banda sonora de la pasarela que emulaba el ruido de la ciudad pero también los latidos del corazón de las modelos y su respiración al caminar pues llevaban un artefacto tecnológico que amplificaba todo a su andar. 

Si duda todo era complejo y espectacular. Se nota a leguas que Ghesquière es un estudioso de la historia, la moda, la arquitectura, el diseño, los cambios sociales, la esencia y la tradición de su país, y la honró con piezas extraídas de la más alta sastrería con detalles ultramodernos, divertidos y hasta deportivos. 

Lanas, algodones, sedas, cuero, perlas. Siluetas abombadas, abultadas, amplias y generosas. Piezas deconstruidas que al unirse forman looks transformables. Abrigos en múltiples formas, colores, tamaños y cortes. 

Como complemento, botas pintadas a mano para parecer pumps, joyas y bolsas divertidas, los colores emblemáticos de Francia, piezas esculturales, logos adaptados, gafas cual antifaces; peinados perfectamente despeinados al estilo messy y un maquillaje abstracto muy en tendencia. Mucha clase, mucho estilo y creatividad confortable al máximo. 

Para algunos, fue como un retorno a casa, esa sensación de estar en un lugar conocido y abrigados por prendas cotidianas. Para otros, fue un despliegue de lujo traducido al estilo desfachatado del solitario director creativo de la marca.

Por Norma Rodriguez

Fotos cortesía Louis Vuitton.