Naturaleza escultórica

Pablo Pérez Palacios es un arquitecto mexicano que en los últimos años ha creado espacios que no dejan de sorprender. Desde hoteles boutique a proyectos residenciales, el despacho PPAA ha sido altamente galardonado y aplaudido en la industria del diseño y la arquitectura. Su visión y la pureza de su obra lo han colocado como uno de los arquitectos más prometedores.

“En su mayoría sólidos con perforaciones en donde el espacio sin construir toma mucha relevancia. Monte Tauro tiene como catalizador un pabellón de madera que funge como espacio público creando un diálogo entre sólido y abierto.” – PPAA

Sus ideas se traducen a obras con fuerza, que destacan por su minimalismo y su astuta traducción latina. Este proyecto residencial, ubicado en Ciudad de México, se desarrolló en un predio rectangular de 30 por 20 metros; la casa requirió de una separación y organización en una sola base con tres ejes de circulación de donde se distribuye en la planta baja, el eje público, el eje de los servicios para la vivienda y el último bloque como el área privada en donde se encuentran los dormitorios.

El enfoque principal para la arquitectura tuvo como objetivo separar los bloques de manera proporcional en cuanto a volumen y sección, para que se notara a simple vista la función específica que se le dio a cada uno de ellos. Como lo explica el despacho, fue esta disposición en la planta lo que hace que se cree un esquema en forma de “L” el cual logra encerrar el área pública con una estructura de madera dentro de la cual se encuentran la sala de estar, la terraza, el espacio del jardín y la piscina.

Este espacio busca contrastar con el hormigón fundido y darle a la casa un lenguaje sólido, al mismo tiempo que se define la paleta de color y de materiales para el mobiliario y el diseño de interiores. Por otro lado, la simpleza de la forma queda expuesta en los muros, los pisos, el techo y en el volumen; lo importate es cómo dialogan estos elementos y juegan con la materialidad de la estructura. Se espera que la casa tome su patina del tiempo y la vejetación se integre aún más a la arquitectura.

Resulta intereante la combinación de materiales, como la madera y el concreto, el cual se pinta de colores vivos con la luz natural que se cuela y se impregna en todos los muros y espacios. El trazo puro, la simpleza y la geometría de los componentes de la estructura se entienden de una manera tan sutil que complementan la dimensión y el volumen del desarrollo arquitectónico.

La vegetación colabora para lograr un balance entre los materiales y la potente arquitecturta, que parace seguir en movimiento con el paso del tiempo, al ver como se fusiona con el verdor de lo natural.

En el interior, el mobiliario es sutil y funcional.  De cierta manera termina por declarar un estilo minimalista aunque el arte que viste los muros abre la perspectiva de algo puro y sencillo hacia espacios contemplativos en todo sentido. Por otro lado, la funcionalidad de los espacios se vuelve cómplice del mobiliario, el cual se desenvuelve con naturaleza en la geometría de la vivienda en total y completa sincronía con la arquitectura, la cual realmente describe una personalidad rica en profundidad, volumen, forma, textura y color.

Arquitectura de Pablo Pérez Palacios

Por Yarin Miranda Robles

Fotos Rafael Gamo y Luis Garván