PROPUESTA SLOW FASHION

ORIGINARIAS DE SAN LUIS POTOSÍ, Ana Lu Díaz y Gaby Lambert son chicas con mucho estilo y preparación en disciplinas un tanto alejadas del diseño de moda, pero con todo el talento y las ganas de compartir su buen gusto y su amor por la moda a través de Kythe, la marca de slow fashion que crearon hace poco más de un año, y con la que buscan ganar un lugar importante en el competitivo mundo del diseño.

“Tenemos mucho aprecio por las cosas bellas, por eso nos impactó tanto Australia, en donde vimos diseño, estilo, arte y mucha propues- ta en las calles. Mi papá es Luis Lambert, un arquitecto cuyo trabajo me encanta, y fue lo que me motivó a estudiar diseño de interiores un verano en Parsons. Ahí descubrí que todo es arte y todo tiene un valor, pues sigue un proceso de diseño muy complejo. Para nosotras, en la moda es el patronaje lo que nos da una buena base y estructura, y para la arquitectura, es el plano”, nos platica Gaby.

Fue justamente ese viaje a Melbourne el que las llevó a emprender mediante una marca que valora el diseño, la hechura y el trabajo sin prisas para lograr prendas de gran calidad. “Nuestro amor por la moda surgió desde que éramos niñas, pues nos gustaba investigar sobre ten- dencias, diseñadores y marcas, y éramos lectoras asiduas. Al terminar nuestras respectivas carreras, nos fuimos a estudiar juntas a Austra- lia, y ahí decidimos lo que queríamos hacer. Nos encantó el estilo de vida y nos dejamos influir por marcas que son desconocidas en Méxi- co, pero que son totalmente compatibles con nosotros. De ahí surgió Kythe, pues aplicamos mis conocimientos de finanzas y los de Gaby en comunicación y mercadotecnia para crear un modelo de negocio y emprender en una marca de ropa”, agrega Ana Lucía.

Lo primero fue idear colecciones para mujeres modernas, indepen- dientes, activas, que quieren lucir bien vestidas pero a la vez sentirse cómodas y con prendas originales, de buenas telas y excelente confec- ción. Sin embargo, el no ser diseñadoras fue el reto a vencer. “Ha sido un proceso difícil para ambas pero es muy padre porque hacemos lo que nos gusta. Al principio todo fue investigación y búsqueda, preguntar a gente que estaba en el ámbito para conseguir proveedores, patronis- tas, costureras. Nos tuvimos que preparar para saber cómo debía ser el patronaje y hemos batallado, pero al final formamos un equipo pequeño pero eficiente y estamos haciendo trabajos únicos”, asegura Ana Lu. Hoy, en su taller se confeccionan las prendas básicas de Khyte en seda, piel, lana, satén y algodón. “Lo que le da valor a nuestra marca es la calidad de las telas mexicanas, la hechura y las siluetas, que son muy fluidas y con estilo, por lo que a todas las mujeres les sientan bien. Además, nuestras colecciones son como cápsulas con básicos atemporales que se adaptan a cualquier guardarropa. Cada prenda tendrá un largo periodo de vida, por lo que incluso se podrán heredar, lo cual es todo lo contrario a la ropa que compramos de las marcas más populares”, concluye Gaby.

Por Norma Rodríguez.

Fotos Cortesía Kythe